El cinturón de seguridad es el elemento que más vidas ha salvado en un auto a lo largo de la historia.
Sin embargo, un informe del CESVI (centro de experimentación dedicado a la investigación y análisis de la seguridad vial y automotriz) refleja que aún el 22% de los conductores no lo utiliza. La cifra es aún más alarmante si hablamos del acompañante, ya que apenas el 50% lo utiliza, mientras que los pasajeros que viajan en los asientos traseros, en un 68% no se lo colocan.
El uso del cinturón reduce la probabilidad de resultar muerto en un 40 a 50% para conductores y pasajeros de los asientos delanteros y cerca de un 25% para aquellos que ocupan los asientos traseros. Así mismo, ofrecen mayor efectividad en impactos frontales y en accidentes en los que se sale de vías de circulación como rutas, en los que la probabilidad de salir expulsado del vehículo es alta.
Un pasajero sin cinturón en el asiento trasero presenta un riesgo grave para cualquier persona con retención sentada delante de ellos. En consecuencia, su uso no sólo reduce la probabilidad de sufrir lesiones para uno mismo, sino también para el resto de los ocupantes.
Como ejemplo, es importante destacar que el peso de un menor de edad de 20 kg se multiplica por 17 ante un impacto, es decir, que pasaría a pesar 340 kg. Por eso es tan importante el uso del Sistema de Retención Infantil, ya que, según estudios del CESVI, reduce un 70% el riesgo de lesiones graves en choques.
En cuanto a los SRI, existen distintos tipos según la edad y tamaño del niño, pero en nuestro país resulta obligatorio hasta los 12 años. Sin embargo, un relevamiento de la Agencia Nacional de Seguridad Vial indica que menos del 50% de los niños entre de 0 a 4 años lo utilizan, y solo el 24% de los vehículos que circulan con un niño lo hacen bajo el uso del Sistema de Retención Infantil.
Con pequeñas acciones, todos podemos contribuir en la reducción de los accidentes de tránsito.
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