Por la pandemia, muchas personas de la región se volcaron a la bicicleta como medio para trasladarse, no sólo para evitar el transporte público, en un contexto sanitario, sino para aprovecharlo como un modo de hacer ejercicio y ser amigables con el medio ambiente. El efecto perduró y a las bicicletas se sumaron los monopatines eléctricos, así como otros medios alternativos como los rollers y skates.
Según datos difundidos por Google, que analizó las nuevas tendencias de búsquedas dentro de Google Maps, los países donde más popularidad tiene la bicicleta son Alemania, Estados Unidos, Holanda, Japón y Francia. En América Latina, el podio está formado por Brasil en el primer puesto y detrás le siguen México y la Argentina, en ese orden.
La Ciudad de Buenos Aires por su parte, se encuentra en el puesto número doce en comparación con otras ciudades del mundo que utilizan indicaciones de navegación en este medio y ocupa el primer lugar de la región, seguida por Ciudad de México y San Pablo, sugiere el informe.
Por la pandemia se acrecentó la vida sedentaria y con ella una creciente prevalencia de enfermedades debido a la baja actividad física. Ese fue uno de los motivos que promovió la demanda de bicicletas para llevar un estilo de vida más saludable, sumado a distintas iniciativas de gobiernos de grandes ciudades que apostaron por la ampliación de las ciclovías.
Los factores que impulsan el cambio
Un trabajo de INRIX Global Traffic Scorecard demostró que uno de los factores más importantes del crecimiento del mercado de bicicletas en América Latina es la creciente congestión del tráfico. Por ejemplo, Bogotá, la capital de Colombia, fue calificada como la ciudad más congestionada del mundo, seguida por Río de Janeiro (Brasil).
El estudio calculó que los conductores en Bogotá pasan alrededor de 191 horas atrapados en el tráfico cada año. No solo esto, sino que el informe también descubrió que 4 de las 10 principales ciudades del mundo con la peor congestión de tráfico se encuentran en América Latina. Por eso, los latinoamericanos están adoptando otros modos de transporte para viajar por las ciudades con el fin de evitar las interminables horas desperdiciadas en el tráfico.
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