Los restos de un Honda CRV que muestra signos de haber sufrido un fuerte impacto, permanecen desde hace 40 días en una esquina céntrica de La Plata, a metros de un boliche que los fines de semana transforma la noche en el barrio, y la convierte en una suerte de romería de beodos y beodas. Una vecina asegura que usan el coche de "bulín". En una reunión de consorcio de un edificio de 10 entre 43 y 44 resolvieron pegar carteles en el coche. Una historia de Almodóvar.
Hace un mes y medio más o menos, un automóvil apareció estacionado en la esquina de calle 44, casi esquina 10. El vehículo está bien “colocado”: es decir, pegado al cordón de la vereda, y no obstaculiza ninguna entrada a una vivienda particular.
Pero los días fueron pasando y el Honda destrozado fue convirtiéndose en parte del paisaje. Incluso, al principio no podían abrirse las puertas, y se veía en su interior (tiene vidrios polarizados muy oscuros) que estaban los asientos colocados y una rueda en la parte de atrás.
Pero como a pocos metros funciona un boliche (“La Casona”) que revoluciona la zona los viernes y sábados, con gente que viene y va, gritos, peleas y bocinazos ( “bardo” en lunfardo) el coche se fue transformando. Puede verse, desde hace algunos días, que las puertas han sido abiertas y que hubo gente en el interior, porque se observan cigarrillos apagados que en los primeros días no estaban, y la rueda pasó desde los asientos de atrás a los de adelante. “Lo usan para drogarse y hacer cosas sexuales”, dijo a Info BLANCO SOBRE NEGRO una vecina que vive muy cerca de esa esquina.
El “bulín” (para seguir apelando al lunfardo) según la señora y lo que atestiguan vecinos del edificio ubicado en calle 10 entre 43 y 44 es utilizado cuando hay fiesta en La Casona con bastante intensidad.
“No es para tanto, es verdad que se encierran a fumar porros, pero sexo no creo que tengan, es muy incómodo”, opinó un hombre que vive en el barrio, cuando observó que tomábamos imágenes del coche y fue consultado por la cronista de este portal.
“Pero en los asientos de atrás, desde que corrieron la rueda hay espacio suficiente”, respondimos. Y comentamos al hombre que existen testigos que aseguran haber visto parejas teniendo sexo.
“En la reunión de consorcio que se hizo en ese edificio…”, aclaró el hombre mientras señalaba una moderna construcción vidriada, resolvieron poner los carteles para apurar a la compañía de seguros para que retire el coche.
Y añadió sonriendo: “Hubo gente que dice haber visto parejas haciendo cosas muy… calientes” , pero también aclaró que desconfiaba de esos relatos salvajes.
Como sea, el auto ahí permanece. Con los carteles, y mediante una gestión que esta semana piensan hacer ante las autoridades municipales, los vecinos esperan que el ruinoso coche – alojamiento sea enviado a algún desarmadero, para dormir, finalmente, su sueño eterno.
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