La agencia de ráting analiza la implicación de los factores ESG en el sector. Las finanzas sostenibles ya están condicionando el comportamiento de algunas entidades.
No es una preocupación estética, sino de fondo. Los riesgos ambientales, sociales y de gobierno (ESG, por las siglas en inglés) son cada vez más importantes para las aseguradoras porque afectan a su capacidad financiera y, por tanto, a su fortaleza crediticia. Ésta es la principal conclusión de un informe reciente elaborado por la agencia de ráting Moody's sobre el impacto de estos criterios en la actividad del seguro.
Los peligros derivados de las amenazas medioambientales, de las presiones sociales y de los problemas de gobernanza dentro de las compañías han estado siempre entre los factores a vigilar en el sector asegurador, pero desde hace unos años han cobrado todavía mayor relevancia porque se ha ampliado la dimensión de su posible efecto sobre las finanzas de las entidades, señala el servicio de inversores de Moody's.
Las razones de este impacto creciente son diversas. «Los riesgos de ESG se han vuelto más significativos para las aseguradoras en los últimos años debido a la evolución de las regulaciones y las medidas políticas, el cambio climático y los movimientos demográficos», explica Brandan Holmes, vicepresidente y director sénior de Crédito de Moody's.
Autoridades, inversores y clientes a nivel mundial están ahora más pendientes que nunca de estas cuestiones, hace hincapié la agencia de calificación. La mayor frecuencia de catástrofes naturales provocadas por el cambio climático; demandas sociales, como la necesidad de protección a los consumidores, a las que hoy insta la regulación postcrisis, y conflictos en la gobernabilidad de las entidades son potenciales generadores de pérdidas y multas, además de otros perjuicios a la reputación de la compañía, detalla Moody's.
Estos factores «pueden afectar a la capacidad de las aseguradoras para cumplir con sus obligaciones financieras». En consecuencia, Moody's incorpora el examen sobre los factores ESG a sus análisis y calificaciones, advierte, «de la misma manera que se evalúan todos los demás riesgos que podrían tener un impacto material en la calidad crediticia». Y aunque por ahora sus implicaciones han quedado patentes solo en unos pocos casos, la agencia prevé que su incidencia vaya a más.
Finanzas sostenibles
El informe de Moody's describe cómo las finanzas sostenibles «están configurando el comportamiento de las aseguradoras». Las compañías de seguros, como grandes inversores institucionales, viven en muchas partes del mundo bajo una creciente presión por parte de reguladores y clientes sobre el destino de sus asignaciones de capital, con la perspectiva de que éstas contribuyan al desarrollo de una economía sostenible, indica el servicio de inversores de esta entidad.
«El incumplimiento de estas expectativas podría ocasionar daños de reputación», afirma la agencia de ráting. Estas consideraciones, añade Moody's, hacen que las aseguradoras estén incorporando el análisis ESG a la gestión de su cartera de inversiones y empiecen a reducir su exposición a determinados sectores.
Así, importantes grupos, como Swiss Re, Axa, Aviva, Allianz, Zurich, QBE y Scor, han decidido dejar de dar cobertura a ciertos clientes en industrias dependientes del carbón térmico. «Las aseguradoras históricamente han limitado su actividad de suscripción en algunos sectores más pequeños, como la fabricación de armas, debido a las preocupaciones ESG», plantea el informe. «Si bien el carbón térmico es una industria relativamente grande, no se espera que las políticas de exclusión de estos aseguradores den lugar a una pérdida significativa de negocio», subraya.
Todo lo contrario, según Moody's, estas entidades podrían beneficiarse de una menor exposición a posibles responsabilidades ambientales. El servicio de inversores de la agencia anticipa, así, que es probable que más aseguradoras sigan sus pasos «a medida que los riesgos ESG se vuelvan más inmediatos y se intensifique el enfoque regulatorio sobre ellos».
Dentro del análisis de los criterios ESG, eso sí, conviene hacer distinciones geográficas, dice Moody's. No en todas las regiones existe el mismo patrón de riesgo asociado a estos factores, avisa. Por ejemplo, «los peligros derivados de la transición a una economía baja en carbono tienden a ser más relevantes en Europa, donde la descarbonización lleva tiempo en la agenda de los inversores y responsables políticos», concluye.
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