La agencia de ráting analiza la implicación de los factores ESG en el sector. Las finanzas sostenibles ya están condicionando el comportamiento de algunas entidades. No es una preocupación estética, sino de fondo. Los riesgos ambientales, sociales y de gobierno (ESG, por las siglas en inglés) son cada vez más importantes para las aseguradoras porque afectan a su capacidad financiera y, por tanto, a su fortaleza crediticia. Ésta es la principal conclusión de un informe reciente elaborado por la agencia de ráting Moody's sobre el impacto de estos criterios en la actividad del seguro. Los peligros derivados de las amenazas medioambientales, de las presiones sociales y de los problemas de gobernanza dentro de las compañías han estado siempre entre los factores a vigilar en el sector asegurador, pero desde hace unos años han cobrado todavía mayor relevancia porque se ha ampliado la dimensión de su posible efecto sobre las finanzas de las entidades, señala el servicio de inversores
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